LA NOCHE DE SAN JUAN (por Lolo el Cazador)

 

Braña de Buenverde

Hace ya algún tiempo, con la mejor intención, ofrecí este blog a quien quisiera escribir en él. La única exigencia era que no se insultara a nadie y que no se utilizara para lanzar soflamas políticas. Quien quisiera publicar algo, ya fueran relatos, poesía o cualquier otra cosa, bastaría con que me lo enviara por e-mail (piorno@live.com), y, de mil amores, yo lo colgaría en el blog.
Para mi satisfacción, hoy, Manuel Gancedo (Lolo el Cazador), me remite un bonito e interesante relato sobre la celebración de la Noche de San Juan -en otros tiempos LA SALGA, fiesta pagana del solsticio de verano- en Villager:
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Desde tiempo inmemorial se ha celebrado la llagada del solsticio de verano. Con la tecnología actual, incluso se precisa al minuto en que esto ocurre. Es ese momento cuando la noche es la más corta del año y en consecuencia, el día en que el tiempo de luz es el más largo. Es en esa época cuando la naturaleza nos ofrece sus mejores galas. Las flores muestran sus encantos y cuando los seres vivos que se despiertan de su letargo invernal, tras desperezarse, se disponen a polinizar y libar con fruición sus deliciosos néctares. Los provisores, se disponen a reponer sus esquilmadas despensas para un todavía muy lejano invierno.

La Fiesta del solsticio que marca el inicio del verano, la celebraban nuestros brañeirus y brañeiras en la braña de Buenverde. Es la fiesta de LA SALGA. Una celebración por todo lo alto, con comida especial: chanfaina, empanadas, cachelus, tortillas, feisuelus y cómo postre un arroz con leche. Los que tuvimos la suerte de beber la leche muñida cruda y enfriada en la otsera, nos podemos hacer a la idea de cómo sería aquel delicioso arroz con leche.

Era frecuente el recibir a otros brañeirus de las brañas vecinas, como la de Villarino. La reunión siempre se remataba ya atardecido el largo día, con un baile acompañado de pandeiru y hasta un acordeón diatónico, en el interior de una de las cabanas, previo el desalojo de los tenrales, limpia y arreglada para la ocasión. Pero, no olvidemos que aquella Salga era una fiesta de origen pagano y como tal estaba acompañada de algunos misterios:

Pasados los años, esta efeméride, se trasladó por razones fácilmente imaginables a la noche del día 23 al 24 de junio coincidiendo con la noche de San Juan, más asimilable para nuestra cultura, pero lo más curioso del asunto, fue que los misterios que tradicionalmente se venían produciendo durante el paganismo en la noche del 21 al 22 de junio, por arte de birlibirloque pasaron a producirse la noche de San Juan, es decir la noche del 23 al 24 de este mismo mes, conservando íntegras sus propiedades esotéricas iniciales.

Estos festejos los conservaron los brañeirus y brañeiras que se preciaran de serlo hasta bien entrado el siglo pasado. El misterio de la pezuña de de la vaca en un recipiente que contuviera leche, es un fenómeno que podemos observar hoy en día, sea en la leche procedente de un brik, de cualquier marca, sea de leche entera, semidesnatada o desnatada, con contenido en calcio añadido, omega3 u oleico, se ve incrementado en estas fechas por otros diversos fenómenos paranormales. La aparición de Xanas que surgen ligerísimas de ropa, de las profundidades de las lagunas lacianiegas a peinar sus cabellos de oro y dispuestas a arrastrar al hombre que se aproxima con inconfesables intenciones a peligrosos destinos, ya que el curioso incauto viajaba hasta el fondo de sus aguas sin billete de retorno. Otro hecho es el conocido del espectacular velero dentro del vaso de agua, que adquiere un importante velamen si el rito se efectúa en esta señalada noche. Como aclaración de todo esto, invito a los incrédulos a una demostración empírica.

Respecto a lo de la pezuña de vaca, que confirma la procedencia bovina de la leche, procedamos llenando un vaso con ella. Aproximemos el vaso que contiene la leche a analizar a la luz de una lámpara. Veremos en su superficie dibujados con nitidez dos arcos que se cortan, y que asemejan notablemente a la huella de una vaca que nos confirma su origen. En cuanto al fenómeno del velero, procedamos a depositar un huevo cascado en el fondo de un vaso y completemos el vaso con agua –lentamente para no romper la yema–. Dejémoslo reposar toda la noche y a la mañana siguiente veremos a la yema que forma el casco de la nao en el fondo y un bonito e imaginativo velamen formado por la clara.

Estos “fenómenos”, especialmente indicados para niños de 3 a 5 años, se practicaban esta noche de la Salga en Laciana cuando los resultados adquieren un especial relieve. Idénticos resultados se obtienen en cualquier otro lugar y fecha, aunque notablemente disminuidos sus espectaculares efectos.

Os deseo una feliz Salga estéis donde estéis:

Lolo el Cazador